Los Juegos Olímpicos de Tokio comenzaron la ceremonia de apertura este viernes al ritmo de la tradición más nipona, con la madera y la historia de su capital como protagonistas bajo las luces blancas y rojas de su bandera.
Tokio, la ciudad anfitriona del evento internacional, conocida antiguamente como Edo desde el año 1603 a 1868, presentó una de las características que florecieron durante este período, el uso de la madera y el trabajo carpintero, símbolos tradicionales del cuidadoso trabajo y la arquitectura nipona.
Los Juegos Olímpicos de Tokio comenzaron la ceremonia de apertura este viernes al ritmo de la tradición más nipona, con la madera y la historia de su capital como protagonistas bajo las luces blancas y rojas de su bandera.
Tokio, la ciudad anfitriona del evento internacional, conocida antiguamente como Edo desde el año 1603 a 1868, presentó una de las características que florecieron durante este período, el uso de la madera y el trabajo carpintero, símbolos tradicionales del cuidadoso trabajo y la arquitectura nipona.
Liderados por una poderosa Miki Maya, conocida actriz del teatro femenino Takarazuka, portaron hasta el centro los anillos Olímpicos, hechos de una madera muy especial y de cuatro metros de diámetro.
En los Juegos de 1964, los primeras Olimpiadas de Japón, atletas de las distintas naciones participantes portaron semillas de árboles que fueron plantados en el país y hoy, cincuenta años más tarde, la madera de sus árboles, regresa al Estadio Nacional en forma de anillos.
El Estadio Nacional, diseñado por Kengo Kuma, también revela la importancia y tradición de la madera en el país, pues su estructura está revestida con la madera de las 47 prefecturas de Japón.
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