lunes, 25 de agosto de 2025

Insistencia, amenazas y estafas: el riesgo de detenerse en los semáforos por los limpiavidrios



Engaño, intimidación, violencia, insultos, agresiones y daños a vehículos son parte de las vejaciones que sufren ciudadanos en algunas intersecciones de calles y avenidas de la ciudad y la provincia Santo Domingo por parte de limpiavidrios y vendedores de escobillas.

La insistencia para permitir que limpien los cristales exacerba a algunos conductores que reaccionan molestos, pero otros "para quítaselos de encima" aceptan la propuesta y pasan algunas monedas o papeletas de poco monto sin bajar mucho el cristal.

"Pero ellos se creen que es obligado que hay que dejar que le limpien los vidrios", cuenta Felipe Bello, un conductor de carro de concho de la avenida Máximo Gómez.

Julissa Pérez, fue una víctima de un limpiavidrios y contó en las redes lo que le pasó:

"Yo soy mujer y uno de ellos me faltó el respeto de mala manera, yo en compañía de mis nietos, fui a la casa, llevé los niños y llegué al destacamento. Me asignaron una patrulla y dos motorizados llegué al semáforo a buscarlo, lo llevé, amaneció preso y luego al otro día la cita en fiscalía, él cuando lo agarraron, me amenazó diciendo a los demás mírenla bien".

La mayoría son jóvenes de menos de 30 años, harapientos, muy activos, que con un trozo de escobilla y una esponja mugrienta mojada "limpian" los cristales, sin dejar de manchar el chasis de los vehículos por lo sucio de la esponja.

En ocasiones, la negativa de los conductores y la insistencia de los limpiavidrios terminan en violencia, la mayoría de las veces por parte de los jóvenes callejeros. El caso más reciente fue el 4 de julio, cuando uno rompió el cristal trasero a un conductor en la avenida Máximo Gómez esquina John F. Kennedy.

Los casos son frecuentes, y la mayoría de las veces los conductores optan por "dejar eso así" y no denunciarlos ni enfrentarlos por temor a ser agredidos, ya que muchos están armados con cuchillos, los cuales utilizan para intimidar y agredir.

La intención del entonces alcalde David Collado no fue solo sacar de las calles a los problemáticos jóvenes, sino brindarles una oportunidad de reinserción social, ofreciéndoles empleos en la Alcaldía y un programa de acompañamiento a los adictos a las drogas, pero muy pocos se interesaron, retornaron a las calles y el programa de la Alcaldía desapareció.


Los vendedores de escobillas

A parte de los limpiavidrios, en algunas intersecciones de la ciudad están los vendedores de escobillas. Es una "trampa" hasta prestarle atención debajo de un semáforo porque insisten hasta la saciedad para que les compren.

Lo primero es que le quitan la escobilla al vehículo y el conductor se ve obligado a negociar o a exponerse a una discusión que puede terminar con agresión.

La mayoría sobrevalúan el precio del instrumento solicitando hasta cuatro mil pesos por dos limpiavidrios cuando su costo es de alrededor de 250.00 pesos y 300.00 pesos, 500.00 pesos los más costosos. La modalidad ahora es que cuando se les dice que no se tiene efectivo, piden que se haga transferencia a cuenta que, en algunos casos pertenecen a negocios dedicados a automóviles

Algunos también son agresivos; otros, solo insistentes. Colocan su mercancía delante del vehículo para que este se detenga cuando el semáforo cambie a verde, si no han logrado convencer. Algunos conductores, por decencia, se detienen al cruzar las vías, y pocas veces logran zafarse de la compra, aunque no la necesiten.

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